HIPERHIDROSIS
progresivo
¿Qué es la hiperhidrosis y por qué ocurre?
La hiperhidrosis es la producción excesiva e incontrolable de sudor por parte de las glándulas sudoríparas, más allá de lo necesario para regular la temperatura corporal. En condiciones normales, sudar es una respuesta fisiológica al calor, la actividad física o el estrés; pero en la hiperhidrosis las glándulas sudoríparas están hiperactivas y generan sudor incluso en reposo, sin desencadenantes aparentes como calor o ejercicio. Se estima que alrededor del 2–5% de la población padece hiperhidrosis, por lo que es un problema relativamente común. No se trata de una enfermedad contagiosa ni peligrosa en sí misma, pero sus repercusiones psicológicas y sociales pueden ser muy importantes para quien la sufre.
Causas: En muchos casos la hiperhidrosis es de origen primario (idiopático), es decir, no hay una enfermedad subyacente clara que la provoque. Suele iniciarse en la infancia o adolescencia y puede tener un componente genético (tendencia familiar). Aquí el problema radica en un fallo del sistema nervioso simpático que controla la sudoración. El cerebro envía señales exageradas a las glándulas sudoríparas, provocando sudor abundante en situaciones en las que la mayoría de la gente no sudaría. Por otro lado, existe la hiperhidrosis secundaria, que es consecuencia de alguna condición médica o factor identificable. Puede aparecer a cualquier edad y sus causas incluyen desbalances hormonales (por ejemplo, menopausia), enfermedades metabólicas como la diabetes o trastornos tiroideos, obesidad, efectos secundarios de ciertos medicamentos e incluso situaciones de estrés extremo o ansiedad crónica. En la hiperhidrosis secundaria, el exceso de sudoración suele ser generalizado (afecta todo el cuerpo) o localizado pero asociado al problema de fondo; por ejemplo, una persona con hipertiroidismo puede experimentar sudoración generalizada. Identificar la causa es importante: ante un paciente con sudoración excesiva, el especialista primero realizará una historia clínica y exámenes para descartar que el sudor no se deba a otra enfermedad que requiera tratamiento específico
-
Hiperhidrosis axilar: Sudoración excesiva en las axilas. Es de las formas más comunes; las personas con hiperhidrosis axilar sufren manchas de sudor en la ropa incluso en ambientes climatizados y pueden desarrollar mal olor (bromhidrosis) por la acción de bacterias en el sudor.
-
Hiperhidrosis palmar: Sudoración excesiva en las palmas de las manos. Provoca manos húmedas o incluso goteantes, dificultando actividades cotidianas como dar la mano al saludar, escribir (el papel se humedece) o usar dispositivos táctiles.
-
Hiperhidrosis plantar: Sudoración excesiva en las plantas de los pies. Los pies muy sudorosos pueden resbalar dentro del calzado, generar mal olor y predisponer a infecciones por hongos.
-
Hiperhidrosis facial o craneofacial: Sudoración profusa en la cara y la cabeza (frente, cuero cabelludo, cuello). Puede ser especialmente embarazoso por ser visible –el sudor gotea por el rostro– y a veces se desencadena con estímulos emocionales o al comer (sudoración gustativa).
Estas zonas (axilas, manos, pies, rostro) cuentan con alta densidad de glándulas sudoríparas y están muy influenciadas por estímulos del sistema nervioso. En la hiperhidrosis primaria, suele presentarse sudor excesivo simétrico (ambas axilas, ambas manos, etc.) y durante la vigilia. Es frecuente que una persona tenga más de un tipo (por ejemplo, axilar y palmar). La hiperhidrosis focal raramente ocurre durante el sueño y no depende del clima – por eso incluso en inviernos suaves como los de Valencia, el sudor puede ser un problema constante.
Tratamiento de la sudoración excesiva con toxina botulínica tipo A
Uno de los tratamientos más revolucionarios y efectivos para la hiperhidrosis focal es la toxina botulínica tipo A. Si bien el Botox se hizo famoso en el mundo estético por atenuar arrugas, su uso va mucho más allá de la cosmética. En el caso de la sudoración excesiva, la la toxina actúa bloqueando las señales nerviosas que llegan a las glándulas sudoríparas, inhibiendo temporalmente su actividad. En otras palabras, impide que las glándulas reciban la “orden” de sudar en la zona tratada, logrando reducir drásticamente la producción de sudor allí. Este tratamiento con toxina botulínica está especialmente indicado para la hiperhidrosis axilar, palmar, plantar e incluso facial, siempre que se aplique por manos expertas.
¿En qué consiste el tratamiento? Se trata de un procedimiento mínimamente invasivo, prácticamente indoloro y realizado en consulta (no requiere cirugía ni hospitalización). El médico primero identifica y delimita la zona de sudoración a tratar; a veces se emplea el test de Minor (una prueba con yodo y almidón que tiñe de oscuro las áreas con sudor) para mapear las regiones de mayor secreción. Luego, tras desinfectar y (si se desea) aplicar anestesia local o crema anestésica para mayor confort, se realizan microinyecciones de Botox en la piel de la zona afectada. Se utilizan agujas muy finas para inyectar pequeñas dosis de toxina de forma intradérmica, distribuidas cada pocos centímetros cuadrando el área de sudor. Por ejemplo, en hiperhidrosis axilar suele repartirse una unidad de Botox por punto en aproximadamente 10 a 15 puntos de cada axila, cubriendo toda la zona de glándulas sudoríparas. El procedimiento completo dura alrededor de 20-30 minutos dependiendo de la extensión. Tras las inyecciones, el paciente puede retomar su actividad normal de inmediato, sin necesidad de baja laboral ni cuidados especiales más allá de evitar ejercicio intenso o saunas en las primeras 24 horas.
¿Es doloroso o tiene efectos secundarios? La infiltración de Botox para hiperhidrosis es bien tolerada. Muchas personas describen solo molestias mínimas, similares a pequeños pinchazos. En caso de pacientes muy sensibles, se puede utilizar anestesia tópica (crema) o incluso un ligero bloqueo local, sobre todo en palmas y plantas donde la piel es más sensible. Por lo general, no deja marcas significativas, más allá de quizá algún pequeño hematoma puntiforme que desaparece en días. Los efectos secundarios sistémicos prácticamente no existen, ya que la toxina actúa localmente donde se inyecta. Tampoco interfiere con la capacidad del cuerpo de enfriarse, puesto que solo un porcentaje muy pequeño de las glándulas totales del cuerpo son bloqueadas (en las axilas, por ejemplo, reside apenas el 1% de nuestras glándulas sudoríparas), de modo que el resto del organismo puede seguir sudando normalmente para regular la temperatura. En raras ocasiones, pueden presentarse efectos secundarios leves y transitorios: si el Botox se aplica en las manos, es posible notar cierta debilidad muscular pasajera en los dedos (por afectación de músculos cercanos); en aplicaciones faciales podría darse una leve asimetría facial o caída temporal de algún gesto. Estos efectos son poco comunes y reversibles en pocas semanas. En general, es un tratamiento seguro, con años de uso médico que avalan su eficacia y con altos niveles de satisfacción por parte de los pacientes.
Resultados y duración: Los resultados del tratamiento con toxina botulínica no son inmediatos, pero se manifiestan rápidamente. Tras la infiltración, las glándulas sudoríparas van reduciendo su actividad gradualmente; la mayoría de los pacientes nota una disminución drástica del sudor entre los 2 y 5 días posteriores al tratamiento. El efecto máximo suele alcanzarse a las dos semanas. A partir de entonces, la zona tratada permanece seca o con niveles normales de transpiración durante meses. En promedio, una sesión de Botox para hiperhidrosis proporciona un control del sudor de 4 a 6 meses, dependiendo de cada persona y la dosis empleada. Hay casos en los que la mejoría se extiende hasta los 8-12 meses, e incluso se han observado pacientes que, tras repetidas sesiones, logran prolongar la duración del efecto hasta casi 2 años. Sin embargo, lo habitual es planificar una o dos sesiones al año para mantener el problema bajo control. Cuando el paciente comienza a notar que el sudor excesivo retorna, es indicativo de que la toxina está perdiendo efecto, momento en el cual se programa la siguiente infiltración. Es importante acudir a la revisión pactada (suele ser al cabo de un mes de la sesión inicial para evaluar resultados, y luego cada 6 meses) a fin de valorar la evolución y determinar el momento óptimo de repetir el tratamiento. Cada nueva sesión asegura continuar con las glándulas “silenciadas” y al paciente libre de sudor, con el beneficio añadido de que la constancia terapéutica podría ir entrenando a las glándulas a producir menos sudor a largo plazo.
Zonas tratables c: La toxina botulínica se puede aplicar en axilas, manos, pies, cara o cabeza, siempre y cuando el especialista determine que es seguro y adecuado. La hiperhidrosis axilar es la más frecuente de tratar con Botox, ya que la axila responde muy bien a la toxina y el procedimiento es sencillo. Muchos pacientes en Valencia optan por el Botox axilar para poder vestir camisas claras en verano sin temor a las manchas de sudor – es una solución no quirúrgica muy demandada para eliminar la sudoración axilar de forma temporal pero prolongada. En hiperhidrosis palmar (manos) y plantar (pies), el Botox también es eficaz, reduciendo significativamente el sudor y permitiendo, por ejemplo, tener un apretón de manos seco. Estas áreas pueden requerir anestesia local debido a la sensibilidad; además, en manos se advierte al paciente sobre la posible leve debilidad temporal post-inyección, aunque la mayoría considera que la mejora en el sudor compensa con creces esa molestia transitoria. En el caso de la hiperhidrosis facial o craneal, la aplicación de Botox debe ser muy cuidadosa y hecha por médicos con experiencia, para evitar afectar músculos de expresión; bien realizada, puede controlar sudoraciones profusas en frente o cuero cabelludo que no responden a antitranspirantes comunes. En todos los casos, la finalidad es la misma: inhibir la actividad irregular y excesiva de las glándulas sudoríparas en la región tratada, brindando al paciente varios meses de alivio.
¿Qué es la hiperhidrosis?
¿En qué consiste el tratamiento con Botox para la hiperhidrosis?
¿Cuáles son las zonas que se pueden tratar?
- Axilas
- Palmas de las manos
- Plantas de los pies
- Cara (frente, cuero cabelludo)